El café y la siesta son dos de las cosas que más disfrutamos por varias razones, pero el hecho de que ayudan a elevar la productividad las hace más atractivas. Un breve descanso después de comer, según los expertos, es una opción estupenda para recargar energías. Por suerte, en vacaciones es más fácil poder cortar la tarde con un descanso.

 

Si tomamos en cuenta los componentes estimulantes de la cafeína, podría parecer que juntarlos no es una muy buena idea, pero hay una escuela del pensamiento que dice que tomar café y después dormir una siesta puede, si se hace de la manera correcta, darle a la gente el empujón para terminar exitosamente su día.

 

Si la duración de la siesta es mayor a 20 minutos, se pasará a un estadío del sueño llamado fase REM, y una vez cruzada esa línea será mucho más difícil continuar con la tarde de manera activa. Tanto dormir como la cafeína bloquean los receptores de adenosina del cerebro, que son los químicos que provocan el sueño. Si bien una siesta por sí sola ayuda a la gente a sentirse descansada, el hecho de tomar café antes de dormir puede ayudar a renovar su carga de energía.

 

Nota publicada por Sabrina Cuculiansky en el diario La Nación.