Apreciado por su complejidad frutal, su calidad mejora cuanto mayor sea la altura de cultivo.
El café “Geisha” es uno de los más caros del mundo. Se trata de una variedad de café arábica que fue descubierta en las montañas de un pueblo llamado Geisha, al sureste de Etiopía, en los años ‘30.
Los árboles Geisha, cuyas hojas alargadas lo hacen fácilmente identificable, sólo pueden crecer en altitudes específicas. La calidad del grano mejora cuanto mayor sea la altura de cultivo. En 1963, esta exclusiva variedad fue introducida a Panamá, donde se la cultiva en las tierras más altas de la provincia de Chiriquí. El sabor especial del Geisha panameño se debe a los microclimas de las áreas montañosas, a las tierras de origen volcánico y a las manos expertas que lo trabajan.
Es un café apreciado por su complejidad frutal. En taza es dulce, claro y de sabor brillante, con marcadas notas cítricas. El mejor método para prepararlo es el filtrado, que ayuda a potenciar sus atributos.
En el año 2004, una muestra del grano tuvo gran éxito al participar de una cata en la Asociación de Cafés Especiales de Estados Unidos (SCAA). Desde ese momento, el Geisha es muy valorado por los profesionales del café y uno de los más elegidos por los baristas a la hora de competir, pero aún no termina de convencer a los consumidores.
Fotos: counterculturecoffee