Qué mejor plan es sentarse a ver la tele (una película, una serie, o un documental) con un café en la mano: con leche, más dulce, solo, espresso, filtrado o cómo más te guste.
Hay grandes escenas de películas que tiene al café como protagonista. En las clásicas comedias Friends (Central Perk) y Seinfeld (Monk’s Café), el café es el lugar de encuentro donde los protagonistas comparten sus aventuras. Hasta en El Chavo del 8 se perdió la cuenta de las veces en las que Doña Florinda invitó al Profesor Jirafales a tomar una tacita de café.
Los fanáticos de la negra bebida seguro recuerdan la escena en la que el café de especialidad se vuelve el protagonista inesperado de Breaking Bad, cuando Gale Boetticher (el químico asistente) le presenta a Walt una sofisticada cafetera: «Es el mejor café que jamás he probado, por qué demonios estamos cocinando metanfetamina», se pregunta White.
Para Dale Cooper, agente del FBI en Twin Peaks, la serie creada por David Lynch, el café es un ritual irremplazable en su rutina laboral.
El parisino café Des Deux Moulins se hizo mundialmente conocido con la película Amélie: allí trabaja y se enamora su entrañable protagonista. El lugar conserva la fachada, los neones del interior y la puerta del baño, con el recordado letrero de «Toilettes». Los turistas piden crème brûlée y sueñan con el destino de Amélie Poulain.
Hilarante es la escena de Pulp Fiction cuando John Travolta y Samuel Jackson ensangrentados alaban el café gourmet que les sirve Jimmy (Quentin Tarantino) en su cocina mientras él les grita: «Es tan bueno porque compro uno caro. Porque cuando tomo mi café filtrado me gusta el buen sabor. Pero sólo quiero saber cómo cuernos entró ese negro muerto a mi garaje».
La leche es protagonista del café del malvado modelo Mugatu en Zoolander, cuando escupe su extra large mientras grita a su asistente: «¿No te das cuenta de que con un latte espumoso me pongo gordo e hinchado?
Para cerrar, dos clásicos: la primera escena de la película en que la sensacional Audrey Hepburn baja del taxi amarillo con una bolsa de papel madera, saca un croissant, un café y desayuna frente a la famosa vidriera neoyorkina en Desayuno en Tiffany´s. Y, por supuesto, las impecables once historias de Coffee and Cigarettes, dirigida por Jim Jarmusch, con música de Iggy Pop.
Nota escrita por Sabrina Cuculiansky publicada en el diario La Nación el 5 de marzo