El barista fue el ganador del Concurso de Baristas EBC del año pasado y, como premio principal, obtuvo un viaje de formación al corazón cafetero de Brasil de la mano de Capricornio Coffees.
Daniel participó de todas las ediciones de la competencia pero recién en 2016 logró obtener el primer puesto: «Después de competir por cuatro años consecutivos, saliendo tercero, segundo, creo que este viaje llegó en el momento justo».
«Llegar al origen del café es un cambio de mentalidad y de estructuras. Ahora que volví a Buenos Aires lo voy a tener que poner en práctica con los consumidores. Los baristas tendríamos que valorar más los procesos de preparación, de cómo servir el café porque yo, hace dos o tres años, he ido a cafeterías de especialidad y me han servido un espresso y no me han explicado si lo debo revolver, si le debo poner o no azúcar, cómo lo debo tomar… Creo que tanto las marcas chicas como las grandes deben trabajar en la capacitación del personal», asegura.
Sobre su rol como barista, agrega: «El barista se cree un genio porque hace arte latte pero el genio es la persona que cuida la planta, el que mide la lluvia y las temperaturas del suelo. Yo creo que cuando vaya a la mesa voy a tratar de contar mi experiencia desde un punto valorativo porque hay familias, cooperativas e inversores detrás de esa taza de café. Hay que explicar porque hay mucha gente que piensa que el cappuccino se toma con cacao y canela o que un espresso se sirve hasta arriba. Voy a tratar de explicarles desde mi pasión cómo se produce y se toma un buen café para que no seamos sólo diez personas las que tomamos café de calidad».
Finalmente, Daniel reflexionó esperanzado: «Creo que debe haber más organizaciones como Exigí Buen Café que expliquen cómo se prepara un buen café, cómo se toma y cómo seguir propagando esta cultura en Buenos Aires».