«Me sirve un Martini Espresso, por favor». La frase escuchada en la barra de un bar, impensada hace unos años, ilustra mejor que nada lo que está pasando con el café en la actualidad. Es que la infusión trasciende su ámbito de consumo tradicional y se amplía hacia la coctelería y la gastronomía, entre otras áreas. Y es esa misma tendencia mundial la que empuja su ingesta también en la Argentina: en el país se consume un kilo de este grano por año, según datos de la industria.
Entre los principales jugadores, las marcas nacionales, como Cabrales, La Virginia, La Morenita y Molinos (Arlistán), se reparten el mercado con las internacionales, como Nestlé (Dolca, Nescafé y Nespresso). Todas aspiran a que el consumo se acerque más a las cifras que exhibe Brasil, de 4 kilos per cápita al año. Lejos se está del consumo del líder en la materia, Noruega (14 kilos). Y precisamente para incentivar su consumo se realizará el 3 y el 4 de mayo la Fiesta del Café, en el Hotel Alvear Icon, en Buenos Aires.
«Es un mercado que está en crecimiento, a tono con la tendencia mundial, porque es una bebida que empieza a descubrir la gente joven. Sobre todo con las cadenas nuevas de cafetería y las distintas formas de consumo. Incluso, hay tragos con café y están los productos orgánicos. Además, se le empiezan a encontrar virtudes, como que es un energizante natural, antioxidante y digestivo», señala Martín Cabrales, vicepresidente de Cabrales.
Nota publicada por Carlos Manzoni en el diario La Nación.