Al igual que el Kopi Luwak, que proviene de la civeta, estos exóticos granos de café no son aptos para impresionables. Blake Dinkin, el emprendedor canadiense y fundador de «Black Ivory» trabajó durante años para lograr el sabor deseado en estos granos ingeridos y defecados por elefantes.
«Cuando por primera vez probé el café del primer experimento, en febrero de 2003, supe perfectamente con el primer sorbo a qué sabe y huele un elefante. Fue horrible», contó entretenido Dinkin al diario Clarín. Luego de años de trabajo, este emprendedor logró el sabor deseado y posicionó su café como el «más lujoso del mundo».
Con respecto a la diferencia que tiene este proceso con la producción de granos comúnes, explicó: «Las enzimas del estómago eliminan las proteínas, responsables del amargor del café, y las bayas marinadas con el jugo de frutas y otras hierbas que se fermentan en el vientre crean un sabor más dulce y agradable con aromas afrutados«.
¿Te animarías a probar este café?