Según algunos especialistas en salud, parece que estamos tomando muy mal nuestro café, porque para ellos hay reglas claras acerca del momento y la cantidad correcta.
Y sí, hay reglas para esto, especialmente“si querés aprovechar al máximo la dosis de cafeína para tus niveles de productividad en el trabajo”, dicen.
Por ejemplo, no es la mejor idea tomarlo antes de las 10 am (y eso está relacionado con nuestro reloj circadiano). Nuestros niveles de cortisol alcanzan su nivel máximo tres veces al día. La primera es entre las 8 am y las 9 am, y para obtener el efecto máximo de la cafeína deberíamos hacerlo cuando bajan naturalmente los niveles de cortisol, es decir, luego de las 10 am.
También, proponen, que nos funcionará mejor para la memoria si lo tomamos luego de una clase o un momento de aprendizaje; y no como siempre pensamos que antes del estudio nos iva a despertar más.
¿Necesitas una siesta reparadora? ¿Y luego un café para despertarte fresco?
Bueno, es al revés, el café debés beberlo antes de dormir la siesta ya que el café tarda de 20 a 30 minutos en hacerse efectivo. Por eso lo recomendable es tomarlo antes de acostarse.
También es cierto que el café cuenta con grandes beneficios para la salud: reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, diabetes. Estos beneficios están medidos en la medida en que bebamos el café partir de granos naturales, tostado, molido e infusionado. Al agregarle azúcar, cremas y leches saborizadas, estaríamos perdiendo muchas de sus propiedades.
No es lo mismo tomarse una taza de café solo, que hacerlo con un chorrito de leche y dos cucharadas de azúcar, y repetir este gesto tres, seis o diez veces al día. En este sentido, lo ideal no tiene que ser necesariamente beberlo solo, pero que sí dependerá del tipo de alimentación que llevemos el resto del día».
Un poco en serio, un poco en broma, esto es lo que apunta la infografía creada por el Arte del Bienestar: