La china Luckin Coffee, que pretendía rivalizar con Starbucks, infló sus ventas con operaciones ficticias a través de empresas filiales
Luckin Coffee sólo tiene tres años Nació para enfrentarse con Starbucks en China, un mercado cada vez más demandante de café. Para eso creó un modelo de negocio diferente con locales pequeños que invitan al take away. Tienen hasta un aplicación para pedirlo antes de llegar o que lo manden a domicilio.
Con una agresiva campaña de publicidad su número de usuarios parecía ir creciendo a raudales y la cadena superaba en China el número de cafeterías de su competidora norteamericana. Con unos 5.000 locales entraron a la bolsa.
“Eran agresivos y se expandieron muy rápido. O conseguirían que la gente bebiera café y harían muchísimo dinero o no funcionaría. Gana a lo grande o fracasa rápido: una estrategia muy razonable”, explica Jeffrey Towson, profesor en el programa MBA de la Universidad de Pekín al periodista Jaime Santirso del diario EL PAÍS. El experto comenzó a mostrarse dubitativo tras visitar varias tiendas en la capital china. “Los cafés estaban vacíos, simplemente no había clientes, mientras que el Starbucks al otro lado de la calle estaba lleno”
En realidad, Luckin no era una cafetería sino una empresa tecnológica. Al menos, así quería presentarse. “Hemos sido pioneros en desarrollar una red de ventas al detalle impulsada por la tecnología para proporcionar café y otros productos de calidad, asequibles y cómodos para nuestros clientes”, detallaba el documento entregado a sus hipotéticos accionistas. “Potenciada por el análisis de big data, inteligencia artificial y técnicas exclusivas, la compañía persigue su misión de ser parte de la vida cotidiana de todos, empezando por el café”
Sin embargo se descubrió que la estrategia fue inflar sus ingresos en 300 millones de euros por lo que el Nasdaq anunció que expulsará a Luckin y sus acciones se cayeron un 80%.
La burbuja reventó el mes pasado , cuando salió a la luz que Luckin había llevado a cabo masivas transacciones falsas durante los tres últimos trimestres de 2019. Entidades afiliadas realizaban online enormes pedidos de café que nunca eran entregados, una maniobra que permitió inflar el volumen de ventas y transacciones totales y ampliar los márgenes de beneficios. El 40% de las ventas no habían existido.
Desde el 30 de junio, día en el que se hizo efectiva la expulsión de la empresa de la bolsa, en su la página web, el índice bursátil está en blanco
Pero el problema es que por culpa de este «café», cambiará la manera en que se puedan presentar los negocios chinos en la bolsa de Estados Unidos, porque el Senado aprobó una ley que requerirá a las empresas extranjeras pasar auditorías siguiendo los estándares americanos, algo a lo que muchas se niegan aduciendo que puede ir en contra de la seguridad nacional de los países a los que pertenecen. Los analistas coinciden en que el objetivo de esta estrategia está puesta en las 170 multinacionales chinas con presencia en las bolsas americanas, y que la mencionada ley puede convertirse en un nuevo frente en la guerra económica que libran Pekín y Washington. Podría suponer la marcha de Wall Street de grandes empresas estatales como PetroChina.